Ayer había una bala en las lentejas. Casi se la traga Mati, o casi se rompe un diente. O casi.
Hoy está tan nublado que lo único que uno quiere hacer es ver películas.
Siempre hay una parte de la vida que es más literal que otra. Esta, es re literal.
Pero ya vamos a volver a la metáfora. Es cuestión de. Creo que si, que en definitiva es cuestión de perderse en unos nuevos abrazos de oso. El amor, o pseudo amor nos hace querer (me hace querer), no sólo volar y viajar, sino también escribir metafóricamente acerca de esa persona. De esa persona que hoy no existe.
Pero que si, sisi, existe en realidad, vos y yo lo sabemos.
Basta.
Amo escribir dormida tomando mate. Me recuero a los días platenses d etrabajo en oficina y delirio subacuático de protesta ante el sistema mediante las letras, letras anacrónicas y confusas. Letras anales, wey.
Te carcomen por dentro si no las dejas salir.
Ayer el Mati me dice:
- Los brotes me dan muchos pedos, lo noto cuando hago yoga. ¿Será bueno o malo?
- Si sale es bueno, lo bueno es que salgan, Mati.
Llegamos a la conclusión de que todo lo que se va, es bueno que se vaya.
Conclusiones pedorras acerca de la vida, de una noche con una lluvia que no se decide a ser.
Y que devienen en pensamientos acerca del amor en una mañana nublada. Del amor hacía mí. Y del amor hacia la hueva, para dejarla partir.
Creemos que las puntas de las rastas ayudan a que la energia fluya más libremente entre el cosmos y este ser. Por eso, no las atamos y las dejamos libres, queremos la libertad por sobre todas las cosas.
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