Quizás deberia comenzar a escribir un blog que se llame "Mi vida en México" o la hueva de un domingo desacostumbrado. Pero supongo que sería un blog muy aburrido. Muy de noche de peda, muy de dialectos repletos de ch, muy de como estoy hoy aquí luego de haber recorrido kilometros de continente enamorándome cada vez más de la naturaleza.
Debería contar que una vez comí un raviol de peixe y hoy, medio circulito de salchicha marrón y me supo a muerte.
De como te venden un día, un garrafón pinchado, y al día siguiente una compu medio estúpida. Hablar de los vecinos que hacen fiestas electrónicas y luego se van al antro, y, desde tu cama, disfrutas del silencio dos minutos justo antes de que empiece a cantar el gallo y a cotorrear el ave verde y enjaulada junto a la sombrilla que parece decir Quilmes. De como la hija de la tía se roba las cosas y se enfiesta en el salón de yoga cuando su madre se va.
Tampoco debería olvidar la tarde en que un sr. policía, desde su nave iluminada, me dijo, altoparlante de por medio: "para eso esta la ciclovia, srita"...si, cana, lo que no sabes es que la ciclovia está minada de pinches gringos que se cagan en nosotros, los que no consumimos combustible.
A donde va la gente sola, pregunta un candombe...claramente, a Playa del Carmen.
Atravesas una noche de tacha en la playa y luego de cantarle las 40 al oído en la Santanera, todo sigue igual, pero vos estas un poco más tranquila...o no? no volves llorando a tu casa, no mames, ni en pedo! volves respirando y te cruzas a Belisario, trabajando extrañamente en su taller de dos ruedas...a las 4am. Que pasa? No entendemos, pero algo me dice que este es el fondo del mar y acá no hay corales.
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