PInche memoria que no me deja volver al pasado, ahí en donde fui feliz.
Así empezaría una novela de Octavio Luna y su sexteto paródico.
El hombre sube a la van diciendo buonnasera y te das cuenta de que no es italiano cuando se sienta a tu lado y no deja de hablar hasta la carretera y la CTM. Desde Puerto Morelos.
Había escrito todo un posteo en mi mente, una mezcla de manifiesto feminista mezclado con el enano xenófobo que todos tenemos adentro.
Hay cosas que no voy a entender nunca, pero cual mula, sigo empeñada en querer entender. Decime por qué.
El sexo no cagó nuestra amistad ("amistad"), lo que la cagó fue tu perfecta imbecilidad, mi chavo.
Perfecta, porque fue rotunda y contundente y no se enredó en ninguna vuelta, fue directo al grano y cortó todo de raíz.
Podría hacer una lista de las cosas malas no materiales que me llevo de México. Sería corta, clara y concisa: la imbecilidad masculina clavada en la concha. :)
No sé si me repugna o me gusta. :O
3 comentarios:
Este blog es una delicia. Hace rato no te leía... Un beso pizarnikiano...
gracias por tu comentario, si te gusta el blog, recomendalo, amigx :)
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