Hola constipación

Vine hasta aquí a dejar testimoniado que mañana tengo que levantar muy temprano, porque hoy no hice nada de lo que tenía que hacer.
Si  levantarse temprano a uno le da hueva de por si, imagínese hacerlo sabiendo que las tareas que nos esperan mayormente consisten en lavar: lavar ropa, lavar los platos, lavarse el cuerpo. Lavar los platos que estoy dejando sucios en este momento porque no tengo más ganas de nada hoy.
Hoy fue un día lindo, pero la rematé cenando arroz con queso.
Hola constipación.

En otro orden de cosas, repaso mi día y tengo ganas de decir dos cosas. O tres.

1. No entiendo por que chingados el queso cortado en fetas viene con cada feta separada por un plastiquito que a veces es enorme y todo doblado, no entiendo. Si, me dirás que sin la existencia de ese plastiquito, las fetas se pegarían todas y por ende, dejarían de tener existencia y con ello, el trabajo del señor que cortó el queso en fetas no carecería de sentido, dejando a una persona sin trabajo, a sus hijos sin poder comprar los útiles del colegio y a su esposa teniendo que trabajar el doble (pero, por tener concha, vulva, papayita, jamás llegar a ser el capitán del barco que es la familia, te remito a posts anteriores)

2. Un día haré una lista de objetos totalmente prescindibles en este mundo. La voy a empezar ya mismo: existen unos broches gigantes de plástico que son similares a los broches para colgar la ropa, pero sirven para ajustar la toalla a la reposera (a.k.a. camastro). Me parece totalmente fútil  y cada vez que los miro pienso: si, son hermosos (pensamiento de diseñador, herencia de mi ex) pero qué ganas de agregarle plástico no degradable al mundo, cabrón.

3. Me olvidé de la tercera. Voy a aprovechar este tiempo antes de internarme en la cama a ver Six feet under para lavar los platos y ahorrarme esa decepción del mañana. No tenemos ganas de encontrarnos con la pileta llena de hormigas mini acechando los restos de comida que los humanos no alcanzan a ver por usar sólo la mínima parte de su cerebro.