Dormí muy profundo, como los mineros. Ahora, con la neblina rodeándome, tomo mate y me acuerdo que en el sueño estábamos cual neohippies en un barco, anclado en quién sabe dónde y ahí vivíamos, fumando marihuana, tirándonos al agua y haciendo rituales boludos en ronda, pero que al fin y al cabo nos hacían sentir mejor, uníamos puntitos y nos decíamos me gustó y te quiero.
Cosa a tener en cuenta: En un momento del sueño yo cuasi bardeaba a alguien por algo y un flaco me decía que yo era la más macho de las mujeres. la más hombre, la chica más señor.
Eso quedó en el recuerdo, yo le decía que si, que tenía razón y que hacía unos minutos había pensado exactamente lo mismo.
Como podemos observar, amigos, la cuestión de género se mete hasta en los sueños profundísimos de barcos y colombianos. Digo esto, claramente, para no hacer ningún análisis por de más del hecho de que me digan que soy casi un hombre en un sueño.
Cómo es que te metes en mi sueño, que es mío, propiedad privada, y me decís esas cosas? pero qué te pasa? Malo.
Luego, tarea fina, mejor dicho, previo: tarea fina. Y si, es un tema de los redondos, pero también es algo que se podría decir estoy haciendo y me encanta, yo sé que pronto compartiremos un recital, lo sé, lo sé.
Establecido el propósito del día (q__ e_ a___ m_ e_______), puedo meterme de lleno en la neblina.
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