Me encontré una bolsa azul en la calle, una bolsa grande, pero no tanto. Tiene algunas ganas de pedirte perdón por cosas del pasado que ya no existen, pero también hay un poco de miedo que a veces asoma, según si agitas o no. Tiene pensamientos encontrados, miedo de volver a verte y llorar o sentir eso que antes sentía (la bolsa, claro), imágenes de vos, de ella, de él y de aquel parecido. De todo, es una bolsa popurrí y yo, cual si fuera el fijador del revelado, la agito a veces.
Agitar, a veces.
El fijador es como la vida misma.
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