Crónica.
Sociología de la vida cotidiana es estar permanentemente rompiéndose la cabeza para encontrar la mejor-peor manera de dejar de existir. Abrir la boca sólo para lo líquido y lo gaseoso. Cerrarla. Perder perspectivas. Incomodidad en mi propio ser. Elijo otro ser; pero me quedo a mitad de camino, no puedo salirme de mí.. No puedo dejar las remeras negras, el estar tan ausente como forma de presencia. Y ahora, sentada en esta silla marrón tan fea, mientras el tipo dice palabras que en su boca no quedan bien. Ese morbo furibundo que me recuerda a aquel. Esas ganas desgarradas, desgarradas de romperme la cabeza en mil pedazos.
Las acciones tienen sentidos diversos. El dejar de comer es (era?) cada vez negarme a ingerir (METERME) la mierda del sistema y del mundo. Tomar café es rehuir al sueño eufemísticamente. Si me callo es porque no considero que algo valga la pena. Si no leo es porque carezco de tiempo y punto. Cuando personas mediocres critican aciones, su mediocridad se eleva al cubo.
Extrañeza en el aula 4.
Las personas que no dscriben a cierto tipo de reglas son consideradas marginales. Desde los márgenes se toma distancia de las cosas. Distancia crítica. Margen aconsejable. Distancia crítica. Estoy podrida de palabras sociales. El derecho a la vida no es una regulación. Que crítica al pedo que sos, agh. La mierda social. "Cómo vemos al extraño dentro del cuerpo social".
Si me apro y me voy, el camino será la autoagresión bulímica y compulsiva. Y recién entonces: el sueño como forma de vida o de resaca.
Las personas que no adscriben al modelo hegemónico, se pierden. Estoy haciendo enormes esfuerzos para permanecer. La gente quiere seguir viviendo luego de 5 años de estudiar la puta realidad. Esta carrera te lleva al suicidio o a la vida despojada (igual que todas).
(Solía tener más afinidad con los paréntesis y los tres puntos...)
El cuaderno signado por el mate caído. Perdí la poética. Y vos, que te las das de superada (super-h-ada), y vos, que te consideras plus ultra, terminás (o comenzás) tirando papeles en el piso y ensuciando la casa de leche en polvo, en vano.
Ninguna ocurrencia in itinere.
Tipologización de la humanidad mermada.
De repente recordé su puta voz. Y digo puta ahora, porque en el momento, el puto era él en mi boca. Sin tener en cuenta la retórica.
Postergación.
Si como me meto el sistema en el cuerpo. Y porque odio mi cuerpo, no dejo de comer. ¿Qué odiar si mi cuerpo (masa estupefacta que no deja de vivirme), me gusta?
Si tantas veces desintegré la mía subjetividad...que a veces siento ser un gatito entumecido...
2 comentarios:
Tremendo, te llega hasta los huesos
es una señal!!!!!!!!!!!!!11 jajajaajaj VENÍIIIIII QUE TE RECIBO... BUUUUU
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