17.6.05

En un hotel se vieron sin casualidad

No la conocí­ en un café, ni hace años.
No la conocí­ en el colegio, ni siquiera vive en mi ciudad.
Lo primero que tuve fueron sus palabras en noches insomnes platenses. Y lo segundo fue una imagen: negro, blanco, verde. Una figurita asomada, la "ñata contra el vidrio" de un hotel porteño de Avenida de mayo. "Esa debe ser Magui", le dije a Veci (si, Veci). Si! Y lo primero que me dijo fue:"...¿Chuls...?" Y lo primero que pensé fue "es divina", y ese concepto se hizo más fuerte, se me hizo carne, ese dí­a y con el paso del tiempo.

La segunda vez que nos vimos fue un dí­a de mierdita para mí­, no por ella, obviamente, ella me rescató entre mates. Estuvimos tí­midas pero fue hermoso. Y mañana es la tercera vez. Pero seguramente me parezca que ya nos vimos miles de veces, que nos vemos todos los dí­as porque vivimos en la misma cuadra, que somos muy amigas desde chiquitas, tenemos las misma edad y a principios de los noventa jugábamos a la escondida y a las barbies darkies. Magui es mi nena y está cerca, aunque no lo esté fí­sicamente, porque ella vive en Buenos Aires y yo a 60 km, La abrazo todas las noches antes de ir a dormir y cuando veo Indomables me acuerdo de ella, y la imagino riéndose. Ella me quiere limpia y yo me limpio para ella. Primero para ella, luego para mí­. O al mismo tiempo para ambas. Es lindo saber que una de mis partes perdidas está tan cerquita y nos encontramos. Es muy lindo. Te amo, mi amor.

1 comentario:

Vero dijo...

hermosa!!! me encanto como descrisbiste a magui.. todo lo q sientes por ella!! yo las amo alas dos y me muero de envidia, soledad y alegria de q se vean, de q esten cerca... de q cada vez esten mas cerca.
las amo, preciosas!
disfruntense mañana!