Esto de vibrar en la sintonía del SPM es, por un lado, un alivio y por otro, una pesadez. Me refiero a que, cuando esas tres letras juntas son la respuesta al llanto "injustificado" (pongo esta palabra entre comillas porque nosotras sabemos - los seres sensibles - que no hace falta tener justificación para llorar), alivia, y da la posibilidad de dejarlo salir sin represalias, con relajo y tranquilidad, total "me está por venir y ahí se termina todo".
Pero, cuando al día siguiente de ese episodio, continúa ese temblor en la voz, lo cual amenaza la cordura de tus sentires y la entereza de tus palabras, eso ya es motivo de leve ruptura de pelotas (ovarios) (los míos). Una piensa: dale...quiero ser de nuevo aquella de la semana pasada y que no se me junte el SPM con el eclipse, con la luna nueva y con la distancia, porque ahí puede armarse una bombita de tiempo dispuesta a implosionar en cualquier momento, acompañada de kilos de chocolate comprados en el Oxxo en estados de conciencia alterados.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario