Es extraño ver a todos tomando mate en el parque, y que eso sea la regla, no la excepción.
La Plata, y atravesar la Plaza Moreno en bicicleta. Con sonrisa y música. Tantos meses añorando ese momento, tantos días, antes, haciéndolo a diario. Qué belleza.
A la vuelta de lo de Mari, pasar por detrás de la Catedral y mirarla sin dejar de pedalear, la luna casi llena a un lado y los ojos asemejando un 18 mm.
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