Acá hay gente comprando donas y gente que viaja a Madrid. Mucha.
Retrospectiva:
El lunes fui en metro hasta Polanco y estuve caminando muchos kilómetros, por Chapultepec, hasta Bellas Artes. Me salieron ampollas en los pies y ayer me los terminé de reventar.
Día raro, si, también.
El martes, al igual que el lunes, iba a juntarme con quien no me junté.
Y también por eso esta venida al DF fue rara, porque creo que la ciudad en cierta medida deshumaniza a las personas.
Gente a la que yo le he brindado todo mi apoyo muchas veces en Playa, de repente dejó de pelarme (en Baires hace 5 grados, ya quiero estar allá tomando un cafezote con leche), valí verga. Listo, fue así. Mi casa en Playa, en pleno Caribe, es la casa del pueblo, es la casa de todos, me avisas y vas, es así porque yo lo decido y mi roomie también y estamos felices de eso. Entonces me pregunto, qué es? qué pasa? qué aconteció para que gente a la que le di casi y amor en mi ciudad, ahora, cuando soy yo la que necesito el paro, no me de ni pelota? Y charlando con Ceci el martes, llegamos a la conclusión de que no es la gente, sino la gente en la ciudad. La ciudad mostro deshumaniza a la gente, la vuelve mas apurada y desinteresada, y no está bueno, así fue como, si no hubiera sido por el hno de Tzille que me dejó su casa sola, sin conocerme, confiando (confianza, gente, amor, gente) y su flia, que me hicieron un re parote, no habría tenido casa en DF para pasar estos días.
Luego, la gente que dice cosas que luego no hace, lo único que logra es disminuir su credibilidad. Punto, no la quiero menos, no me chupa un huevo ni me vale verga, sólo que ya le creo poco de lo que habla. Y eso también es, en cierta medida, un poco triste.
Continuemos con la retrospectiva: martes me quedé en la casa y lloré, me dolían los pies y el alma, lloré haciendo skype, viendo a Ceci y a Camila y luego lloré con mi vieja y le pedí por favor que busque a Marla para mi llegada.
Me iba a ir ayer, miércoles, pero surgió algo interesante en Coyoacán y me quedé. Tuve una entrevista para hacer un voluntariado en una fundación de foto. Y al terminar me junté con el Negro a boludear en Coyoacán, comimos tostadas en el mercado, caminamos perdidos y con mapita, nos reimos, hablamos de la vida interesante y encontramos sin querer la puerta a los viveros, lugar idóneo para fumarnos uno, cosa que, por supuesto, hicimos. Qué flash ver tantas ardillas.
Gracias vida, gracias Mex, graciadió.
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