No sé lo que está pasando, pero son varias cosas.
De repente, ataque por hacer ejercicio. Ojalá dure, no?
Es que tuve una experiencia un poco desafortunada de bajón anímico, los raveros entenderán, el sábado, y decidí dejar todo lo externo que jode (menos las galletas de chocolate y a ella) (quizás a ella es a la primera que debería haber decidido dejar), entonces el lunes dejé de fumar, de beber y de ingerir cosas, por ende, no más salidas nocturnas que no me llenan el alma, por un tiempo. Y se ve que al cuerpo le pintó moverse.
Ergo, ayer fui a correr, antes de ayer a yoga. Hoy repito yoga y ya me anoto como para ir siempre. Queda a una cuadra de casa. El mar, a cuatro. Quién como nosotros.
Y hoy me duele todo el cuerpo, me duelen los músculos de la cintura como nunca me dolieron, esos músculos que tan adentro están, bajo toda esa grasa que los cubre, los famosos salvavidas de Chuls.
Escribo desde la cama.
Llegué a una conclusión hace poco, o hace mucho, pero hace poco la puse en palabras mientras volvía a casa con Ceci, Camila la perra china marmolada y Flor (creo que era Flor): cada día mi bisexualidad se torna un poco más homosexualidad. Si. Cada día siento menos conexión con los tipos en general, me parecen un poco más estúpidos, más básicos, más eso que no me gusta. Claro que no puedo generalizar, siempre hay algún tipito con el que tendría algo, pero no sé, no me estarían motivando a intentar tener algo profundo. Bueno, quiero decir que esto es una hipótesis y que, si bien mi admiración por las mujeres en general es mucho mayor, sigo teniendo esa semillita dentro mío que dice: no es el sexo/género, sino la persona. Y si, esa es la semillita bisexual que germina.
O quizás, hacer esa de Tabú, no? Que sean tres, una pareja de tres, en donde el hombre sea sólo un objeto y la conexión real y más importante sea entre las dos mujeres.
Ok.
No voy a hablar acá sino en terapia con amigas de lo choto que me parece que los padres se queden estancos en una visión del mundo heterosexual y no acepten que sus hijos eligen otra cosa. Que homologuen la felicidad con preguntar todo el tiempo por las relaciones heterosexuales presentes en la vida de sus hijos. No sólo creo que es insalubre para ellos, sino que resulta ser una negación del sujeto hijo en su totalidad. Negas una parte de mí por tu cuadradez mental, por tu incapacidad, por tu involución, ergo, negas mi todo completo. Así de drástica soy. Y así habrá que vivir. Con la negación y el no hablar de ciertos temas. Qué triste, a mí, que me gusta hablar de todo.
Vivir en un mundo de ilusiones no es la idea, a no ser que tengas cinco años o 60 y demencia senil.
En fin, ya me amigaré con la idea de conservadurismo mental y algún día dejará de hacerme mal que a mi vieja le interese tanto que yo esté enpijada.
Qué más?
El silencio de la mañana es fundamental para la paz mental, pero ya debo cambiar la música del celular.
Ah, eso. Y por todas las preguntas de mi vieja acerca de los señores, soñé con Roberto, no mames! Algo muy bizarro, como que yo iba a un lugar en dónde estaba él y estaba más gordo y me negaba un beso y tampoco podía dormir en su casa, así de compas, entonces tenía que viajar toda la noche en camión para volver. Muy víctima yo.
Ya.
Lo último: estoy tocando el bajo.
De ella no voy a hablar acá, porque una vez me dijo: no hagas de esto una historia literaria (o algo así).
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