11.10.13

Y gracias. La experiencia más impresionante de mi vida, llegar sola a México.

Hace un año me levantè bien temprano en una clínica caraqueña, no porque estuviera internada, sino porque por los avatares del CS mi coucher estaba de guardia.
Me despedí de ella, me puse mi mochila, fui a internet, me tomè el metro y luego el bus hacia el aeropuerto.
Era mi ultimo día en Venezuela. Por fin iba a conocer Mexico. Y me iba sola. Y sin plata, así, a la marchanta. Toda la ansiedad junta. 
Ya en el aeropuerto, me senté a tomar mate y comer un sanguche de queso, mientras escribía un poquito, y los últimos bolívares fueron destinados a un enorme Savoy. Por fin salía el avión.



Caracas-Bogotá.



En Bogotá nos revisan todo todo los militares.



Bogotá-DF. 



En el avión me hago camita con tres asientos.
Me despierto en DF, miro por la ventana cuando estamos por aterrizar a ver si diviso el zócalo. Lucecitas y nada más.
Mucho frío y yo en ojotas.
Entro a un kiosquito sólo para ver un Gansito Marinela de cerca. Cambio 20 usd.
Escucho dos canciones de Chavela Vargas.
Y pienso que el acento de la gente me empalaga de tan dulce.
Y el miedo al ver a tanto gringo subirse al avión.


DF-Cancún.



Me pido ventanilla para ver el mar desde arriba.
He visto tanto mar en diez meses que mi mente osa pensar que este va a ser más de lo mismo, un poco azulcito y ya.
Todavía recuerdo la primera sensación de humedad recalcitrante en la piel al bajar del avión.
Me pongo a hacer dedo en la Federal y enseguida me sube un carro de alquiler que me deja en el mirador y ese es mi primer encuentro con el mar.
Azulcito, las pelotas. Era una de las cosas más increíbles que yo habia visto en toda mi vida.
OK, todo esto pasó hace un año.
Feliz primer año en México a mí!

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