21.8.13

Querer chuparte el sudor como muestra de amor

De repente, al ver los resortes del colchón que hacen las veces de reja, en el techo, confirmo que caen fichas todo el tiempo.
Esa también fue una ficha ayer, mientras escuchaba a la mendocina: caen fichas todo el tiempo.
(Recordar la voz de un señor que tiene un niño adentro y sonreír. Morderte el labio inferior.)
Fichas que pretenden que salga corriendo a hacer algo que no sé bien qué es. Fichas que, a la vez, me dejan más en paz. Confiando, sabiendo, emocionada. Con las certezas desayunando dudas.
Con las nubes que se mueven todo el tiempo en el cielo, porque es su naturaleza, y las iguanas que permanecen inmunes, intactas, impolutas.
Con la yerba del mate que se me mete por la nariz y por cada poro, recordándome que su compañía ideal es una medialuna y no una toronja. No me importa, le digo, yerbita, yo ahora, elijo la toronja y habrá mucho tiempo de toronjas venideras que vendrán a limpiar mis mañanas de los resabios oníricos de una noche extranjera.



Gracias.

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