perdón por no estar ahí cuando me necesitas, por ser egoísta, agónica y pedorra, por querer estar sola a veces, por vivir lejos, por ser mala, por ser yo, por sentir cosas y decirlas, por callar y hablar poco otras veces y sobretodo perdón por mi delay de sentimientos, circunstancias y singularidades emocionales y uterinas.
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