Es verdad que Marla tiene la cola muy larga, es verdad que desde chica me duermo inventando historias. Antes, nuevas familias contenedoras de alcohol,
hermanos pelirrojos,
paseos en bicicleta y habitaciones que fueran mías y privadas, en donde no existiera el paso de gente que dejara las puertas abiertas, poniendo a la pequeña de 6, 7 u 8 años en modo histeria.
Después comencé a pensar en chicos y besos contra enredaderas en el barrio Hipódromo.
Ahora escribo mentalmente, no sólo imagino imágenes, sino palabras, frases, estilos y lleno hojas mentales de letras hasta que me pierdo en un sueño raro y no me doy cuenta.
Y al día siguente todo eso se perdió y yo me conté las mejores historias antes de dormir. Las que nadie conocerá.
Como esa vez que hice una sesión de fotos que sólo yo vi: el rollo de mi Yashica nunca enganchó.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario