1.10.10

La inestabilidad del sol

Cada vez que tengo que levantarme de mi sillón de mimbrechón, marla se acomoda panchamente en mi falda como diciendo: no lo hagas. Sólo la inmuta la voz de algún ave cerca de la ventana.
No quiero que me convenzas de nada, ni siqueira que intentes convencerme, dejame sola, hacer mi camino, seguir por donde yo quiera, tener mis opiniones, saber con el corazón que no hay una verdad. Ni un mundo, ni unicidades mentales ni nada que tenga una sola faceta, ni simplicidades o si, pero no son generalizaciones. Así yo tampoco querré convencerte de nada ni nada, pero ayudame siendo un poquito menso soberbio, menos hablador, menos sabelotodo. No quiero estar calma por fuera y torbellino por dentro, quiero de verdad poder tener paz. Y andar en bici flotando. Siempre flotando, siempre sonriendo, cada vez más ajena a la realidad que te muestra el resto. Hasta que unos nenes me piden comida en la puerta de casa y me pongo a llorar y empiezo a recuestionarme.
- Qué es la vida sino cuestionamiento eterno?
- Bueh, pará, no estarás exagerando?
- Definitivamente. Qué es la literaturra, sino exageración?

1 comentario:

El Momia dijo...

"Definitivamente. Qué es la literaturra, sino exageración?"

Grosa, no te puedo decir nada mas