Otro día más arriba, haciendo lo mismo cada segundo al toque de levantarte, siemrpe tenés la misma rutina y no te la cuestionás, siempre llegas un poquito tarde a todo, pero a veces te sentís aflorar de.
Descubris que las personas parecidas hacen los mismos comoentarios y buscas causas, cosas caucásicas, aquella que se fue esta con su mismo nombre, ese que pasó y este otro que llega y se le parece, cosas, excusas, gentes, personas y chauses. Y mientras te seguis levantando y te olvidas de terminar de leer a Pizarnik, y te olvidas de vos y de la vida en colores de tanto mirar fotos blanco y negro pero por suerte hay sol y vos seguís escribiendo pelotudeces automatizadas en un teclado neurótico y te pica la cabeza, pero piojos no tenés. Te preguntas cómo es que podés dar vueltas toda una noche pensando en pegar las fotos a un cartoncito. Y la respuesta llega volando y estaciona la alfombra en la escalera que va a la terraza.
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