20.4.08
[per]judicial
No tengo nada para decir, no tengo nada para decir y lo digo, entonces tengo algo para decir. Pero no sé qué es, entonces digo que no tengo nada para decir mientras escucho el televisor blasfemar mierdas.
Esta semana:
- Durante un minuto aprox. se me vio la mitad de las tetas en el trabajo.
- Ana me contó de su pasado en la Juventd Intransigente.
- Pinté el marco de la puerta del baño de azul.
- Descubrí que soy propensa a enamorarme de mis profesoras de Investigación Social.
- Me pesé después de meses sin hacerlo.
- Me asusté de la profesora de TS III.
- Pensé muy clichéramente "las canas son vida vivida".
- Fue a la bicicletería a arreglar los frenos de la bici. Me cobraron pesos tres.
- Ese mismo día acompañélo a Copyate todo a sacar fotocopias y no pude dejar de mirar a la chica que atendía y su cara rara, su rareza toda.
- Corroboré que no me entran 3/4 de la totalidad de mi ropa.
- Me amigué internamente con mi psicólogo.
- Fui a la librería dos veces. La primera compré 3 cuadernos y 4 lapiceras. Agarré las cosas sola y luego un chico me preguntó si estaba atendida (léase el quíntuple sentido) y le dije: "no, pero no importa". La segunda compré 2 resaltadores, uno verde y otro amarillo, y como cambié dos veces de marca y precio, la %$#@!♪$# que me atendió me preguntó: "¿segura?" y le contesté: "si, después de mucho meditar me decidí (puta)".
- Al salir de la librería me crucé con una ex compañera de la primaria que era muy cheta y siempre me hizo acordar a Tinelli (o viceversa), creo que por el tamaño de su boca y una mueca mutua. Por suerte no me vio. Sigue siendo cheta. Y al lado de ella me quedé enana y aniñada. Creo.
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4 comentarios:
semana atareada tuviste, y yo que pense que en mi vida realmente pasaban muchas cosas....
saludos!
mucho por decir para quien siente no tener nada que decir
"Lo que es, es; lo que no es, no es"
Hace tiempo pensaba, si la nada es algo; o si, finalmente, la nada es nada...
las listas son lo mejor
especialmente cuando en ocasiones no dicen nada,
nada mas que el tedio de lo cotidiano
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