12.11.05

Se llamaba Inmaculada aquella puta que curaba el sarampión de los reclutas. Coleccionaba nubes de verano, velos de tul roí­dos por gusanos. Pero quiso quererse enamorar como una rubia del montón y que yo la sacara de la calle de los besos sin amor.
Y mil años después cuando otros gatos desordenan mis noches de locura, evoco aquellos ratos de torpes calenturas, y aunque sé que no era la más guapa del mundo, juro que era más guapa que cualquiera.

1 comentario:

Rosa de Lima dijo...

Amo esa letra. ¿cómo andas?