La relación existente entre la mente y las purgas es en cierto sentido directamente proporcional:
cuanto más se piensa, más se saca-más se caga-más se vomita-más se sangra-más se cualquier cosa.
Pero también es inversamente proporcional, porque no siempre que se saca mierda, quiere decir que se ha pensado mierda. Por otro lado creo que el pensamiento no siempre provoca ganas de ir al baño.
Nos purgamos sólo cuando no soportamos tenerlo adentro. A veces la purga es inconsciente y las ganas nos agarran en mitad de la noche, entonces nos depertamos sobresaltados, encendemos la luz y nos ponemos a purgar-escribir. La purga llama a mi esplada por la noche. Y hoy a la mañana temprano. Ahora me purgo con Bach y un cello asesino, composición que fue alguna vez su propia purga y por la que ahora se cobran derechos de autor. algo que Johann nunca imaginó.
Las purgas están volando por todos lados. Esto que escribí no me convence, y necesito decirlo, purgarme y decirlo, porque fue una purga. Chau, si, chau. (Aunque no sé de qué me tendría que convencer alguna cosa...)
1 comentario:
Cada vez me dajas pensando un poco más o (¿y?) en algo distinto...
y nunca sé si dejarlo en un comment o postearlo... (¿tendrÃa que darte credito por ser musa? jajajaja no se...)
esta vez lo pongo en otro lado, no aca porque lo siento perdido... asà que opto por el blog.
besos
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