15.2.15

Carmela

Si, bueno, son muchas cosas desordenadas en la mente.
El hecho de que Carmela no rompa con el machismo y la violencia en su vida me pone nerviosa.
Somos humanos y parece que nuestro fin es publicar la vida en feisbuc.
Ayer fue el día ese de los enamorados, día al que los solteros osaron llamar "del amor y la amistad", pa' no quedarse afuera, vió?
Carmela se separó hace mucho, pero recién ahora está atravesando ese proceso de plena aceptación de la vida, de su realidad, de todo. Enfocada en su trabajo y en proyectos personales, mientras la desconfianza hacia el resto de los mortales-no-animales se va disolviendo de a poco, gracias al creciente amor a sí misma.
Ayer a la noche, mientras yo lavaba los platos blancos de su casa, me decía:
"Quizás es hora de que acepte que la gente no quiere cojerme, de que el resto de la humanidad quiere ser mi amiga, pero ni hablar de que me la quieran poner."
Carmela, dejate de joder, yo te re daría, pero el tema es que no vivas pendiente de eso.
Chicos, Carmela tiene miedo de olvidarse de cómo hacerlo.
Ella agradece toda su vida, todo su pasado, todos sus juegos de enamorados que luego devinieron en violencia doméstica. Los agradece e incluso agradece la violencia doméstica y la manipulación mental, porque le ayudaron a darse cuenta de lo que quería y de lo que no quería.




Carmela nunca se amó del todo porque siempre esperó que la amaran.
Vivió rodeada de flores rojas y bombones, golpes y violaciones ficticias, hasta que dijo basta.
El proceso de salirse de eso es duro, de darse cuenta de que ella también fue la que permitió todo eso, ¿cómo hacer ahora para no cometer el mismo error y a la vez confiar en el próximo ser que aparezca con intenciones de mimarla?
Uf.
Carmela desea ser gato y ya.
"Por lo menos decime que no te escriba más", le escribió su ex marido hace poco.
Carmela pensó: cómo si los escritos hubieran sido recurrentes...como si la conexión en la distancia hubiera sido real...como si existiera algo real luego de la nada misma y del maltrato...No respondió, aunque se moría de ganas de decirle mucho.
Otra de las cosas que ella aprendió, es que a veces no hace falta decir. A veces, lo importante es tener claro uno el pedo interno, aclararlo, amasarlo, amasijarlo y procesarlo hasta la desintegración.
A veces, el silencio es mejor.
A veces, las palabras sobran y pueden cagarnos el tránsito por la luz. A veces.
A veces...para qué preguntar, si la respuesta la tenemos nosotros.





















1 comentario:

Unknown dijo...

Habemos muchas Carmelas en este mundo, lo importante es saber amarse a uno mismo y todo lo demás vendrá después, nunca es tarde. Muy buen post Chuls <3