Y hay varios puntos en los que puedo decir que crecí, y ya crucé una barrera, quizás sea la barrera de la madurez.
No sé cómo pasó.
Creo que tienen que ver con el retorno a Argentina y la decantación (me encantan las analogías química para los procesos de la vida) de algunas cosas y el cierre de otras.
Casi que estoy en cero. Un bebé.
Y me gusta.
Ojalá pudiera explicar esos aspectos en los que siento que cambié, pero para que se den una idea, (porque sé que les importa muchísimo...) tiene que ver con cómo me tomo las cosas, la vida, y con mis relaciones.
El martes en el Kitxen, el Gasti me preguntó qué pedo con mi vida además del trabajo, y le dije que cero, que bien, que nada, que X, que "nel"...creo que estoy en una etapa de crecimiento profesional zarpada y me encanta. Fijada en mí, en lo que quiero y en lo que me gustaría...enfocándome cada vez más.
Empecé a trabajar. Los primeros días fueron duros, porque el hotel es enorme, hago pura foto general (eso típico de bajar a la playa y sacarle fotos espontáneas a la gente), y a veces agota, no hay sesiones, y los animales todavía no me corresponden por derecho de piso. Mis compañeros de trabajo son absolutamente copados. Y el ambiente en general me gusta; me voy en bici y vuelvo en bici, con lo cual estaría pedaleando a diario 20 km.
A la fuerza el Universo me alejó de gente. Y lo acepté con calma, porque yo también decidí alejarme-les.
Es todo muy confuso de explicar, pero podría resumirse en que creo haber encontrado el perfecto equilibrio entre el compromiso, la intensidad y el "me vale verga" mexicano, para realmente amar lo que vale y no enroscarme con oscuridades que me llevan a un tornado de pensamientos chotitos que me sacan la sonrisa de la cara.
Y me gusta.
Ah! Y creo estar pensando más antes de hablar. Pero la perlita del postre es que me miro al espejo y me gusto.
Los años y la sabiduría me quedan bien. (?)
Y que bien se siente.
En paz y agradecida.
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