Tu criterio

Una heptada más, no igual, diferente, de todo, de todos y de mí. Varias cosas, muchos cambios que, aunque lentos y casi imperceptibles, se están dando, están pasando, se hacen piel (?).
La sensación linda de seguir vagando por las calles de buenos aires en busca de recitales y darme cuenta de que no pero si, hagamos un si grande en forma de mandala y pintémoslo de verde.
Nuevas tareas en el laburo, vamos ya a dejarnos de metáforas y escribir un poco de tangibilidad. Depositaron a Chuls en otro lugar de trabajo, bueno, en el mismo, pero en diferente espacio físico y encargada de diferentes cosas. En pocas palabras: voy a sentar el culo y dejar de moverme sin parar durante seis horas, caminar sin ir a ningún lado, dejar de ver gente que ni conozco, dejar de ser el blanco de la agresividad ajena, ay pobrecita ella! Si, ténganme lástima (?).
Hace cierto tiempo, algún día, adquirí gracias a un sujeto parecido a un dibujito animado, la costumbre de ponerme un signo de interrogación al final de cada comentario sarcástico, por llamarlos de algún modo. Bánquenme en esta (?).
Los otros cambios son menos tangibles, van más por dentro, por lo pronto, quise instalar una nueva rutina al despertarme, pero no lo pude hacer porque casi rompo el pantalón o los huesos de la cadera al intentar hacer el saludo al sol, las excusas sin fin son lo más (?).
O sea, me gustaría escribir siendo sincera, vamos a poner los puntos. Pero este no es un espacio que se caracterice por la sinceridad literaria, léase, ponerme a hablar de mi situación chotística libremente, no puedo, qué queres que haga, no me sale, y quizás por eso se esté tornando más aburrido el blog, o quizás por eso se haya tornado medio zozo hace un tiempo, o qué sé yo.
Una mañana rara y bajo cero y yo, lo dejo a tu criterio, todo, todo a tu criterio.