12.7.10

Despertarse también es un arte.
Me debato entre hacer lo que debo y lo que quiero, recién despierta, con los ojos hinchados y una última semana de laburo, antes de un par de las mismas de vacaciones de lástima, que reconfortan un poco pero también me dejan con la sensación de premio consuelo ante una vida trabajada al pedo en un laburo que no me gusta y que algún día voy a dejar, algún día voy a dejar para vivir de...de qué? de rentas, ja. Del amor, de succionar sangre ajena y hacer artesanías para vender en un paño que no sea rojo así contrasta con los objetos. Porque yo puedo. Descubrir en un instante que un otro está mirándote, que los ojos que estás viendo te están viendo también, tu imagen afuera del límite que marca la retina. Tener la sensación de que todo es al pedo, todo menos la música y dormir. Quizás el cine. Recordar cosas que fueron lindas y ya no están, también. Es al pedo, digo. Decí en vano, dirán. El abrazo silencioso de un niño de 8 años que está yendo a la psicóloga te enternece y no querés soltarlo, al punto de enfermarlo más y extender su necesidad de sesiones. A veces jugas a ser mala porque no te sale otra cosa.

1 comentario:

lavidarandom dijo...

a veces juego a ser mala porque me gusta... esta mal?... igual tampoco me sale ser buena... y asi me va... vivo del amor... que nunca llega... pero por suerte me queda la música y dormir...