13.12.04

Drogada con lágrimas

Actitudes de las mujeres: ante el tí­pico silbidito, ella se dio vuelta con mirada fulminante y le dijo: "tenés un haaambreeee..." Cuando yo la alcancé caminando con la bici en las manos, le pregunté la hora y casi le hago un comentario del estilo "muy bien hecho".Pero no. Me dijo: "cinco y veinte".
La próxima vez voy a jugar a seguir caminando hasta lograr ver la hora en el reloj de alguien que no balancee los brazos al caminar.
Actitudes que la gente no debe (no tiene por qué) entender de mí­: estar sentada con mi bici, que juega a ser perro, y escribir absorta en una hoja oficio. No hago ningún ensayo sociológico intencional. Y escucho la radio sólo para enterarme de la hora. Y pasan esa canción del Manza de FlopaManzaMinimal. Me gusta su voz. MUCHO. Pero musicalmente no me transporta.
Si, flaquito, te estoy mirando, no te creas nada.
"Valle de muñecas" se llama la banda. Qué tupé tiene ese señor al vestirse todo de blanco. Es tan raro ver a alguien sentado en la vereda y escribiendo, que la gente lo toma como insulto. Tiene miedo. La gente tiene miedo y me da miedo (...)
Yo soy con mis cutí­culas rotas, con mi exceso de pensamiento, mi cicatriz de la vacuna. Pero las cutí­culas son algo tan común y tan que pasa desapercibido.
Actitudes de las mujeres que no entenderé jamás: las ansias por sacarse las cutí­culas. Incluso luego de dejar bien expuesta la uña, algunas están más contentas que antes. Te voy a llamar con el pensamiento. Ya. Te estoy llamando, ¿me escuchas?. Letra mudaaa....!
Un señor pasó rascándose la espalda y yo creí que le faltaba el antebrazo.
Hay un momento en que todo pierde sentido. Todo es nada y nadie lo sabe. Esa lucidez dura sólo un segundo, me "baja" de repente. El sábado dije eso y se rieron, no captaron la esencia del concepto. Por eso a veces prefiero callarme. Si hablo es porque supongo que vale la pena romper el silencio (nota del editor: en donde dice "supongo", en el manuscrito decí­a "sé").
¿Hay estereotipos que sean necesarios? La bicicleta playera amarilla es algo que todos tienen y ni siquiera les gusta, o lo que es peor, NUNCA se plantearon por qué la tienen, y por qué es amarilla. Y así­ pasa con todo: el color verde, las zapatillas sin cordón, los anteojos mosca, los anteojos de marco negro para nosotros los miopes también. Pero el caso de la playera amarilla es PARADIGMÁTICO porque pasa más desapercibido, y así­ actúan las peores cosas, pasando desapercibidas (véase ensayo sobre Disney de Mattelart*), se tornan eficientes.
Ahora sí­ tengo ganas de hablar, pero únicamente con vos.


* A fines de 1971 publicó junto a Ariel Dorfman el libro Para leer el pato Donald, que se convirtió velozmente en un éxito e incluso fue censurado en EEUU. Mattelart considera al libro como “un panfleto, un grito de rebelión”. La obra revisa la ideología imperialista que subyace a los personajes de los dibujos animados de Disney que, para Dorfman y Mattelart, no eran un mero entretenimiento para los niños y niñas, sino que funcionaban como manual para los pueblos subdesarrollados y como eficaz elemento de difusión del American Way of Life. Con este libro los autores pusieron en discusión las historietas infantiles, hasta ese entonces, incuestionables.

âra más información, véase: http://www.vivalaradio.org/medios-comunicacion/autores/mattelart.html

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