Hoy fue un día raro. Hoy iba a encontrarme con gente que no vino, hoy bailé mientars sahumaba mi casa, y después bailé con el secador de piso, mientras Marla me miraba posada arriba del televisor. Hoy quise volver a comer bien, hoy volví a leer cosas de crudismo, de veganismo y de vida natural, hoy decidí que es mejor que los de fotos no hayan venido, así no como empanadas en mi primer día de cuasicrudista (ponele crudista ideológica, cada vez más empírica) y no como harinas en mi segundo día sin harinas. Si, me vas a decir que. Y yo te replico: vivo empezando a dejar las harinas. Y así es mi vida. Hoy fue un día cotidianísimo. Compré miel donde la muchacha y despué se me rompió la bolsita en el medio del super Pamela. Ahí estaba el freakoso de informática que viajó a Perú y parece haber tenido un pasado con ansias hiponas, pero luego, como a todos, se lo tragó el sistema y lo deglutió. Pero a él quizás más, porque no sólo trabaja en el estado, sino que además, labura con máquinas y se debe hacer una pajotas con la imagen de bill gates en su cabeza rulienta.
Claramente tengo que dejar de adjudicarle pajas a la gente.
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