18 lecciones sobre la sociedad industrial
Siento la tela del mantel contra mi mano.
Yo, mi, mio...
Todo el mundo.
-¡Juliette!
-Todo es muy confuso. ¿El tiempo?, no lo sé.
-Quizá no es definible.
A menudo tratamos de analizar el sentido de las palabras.
Pero a menudo nos sorprendemos.
Hay que admitir que no hay nada más simple que tomar las cosas como son. Está claro que los cambios en el distrito de París favorecerán la política gubernamental de discriminación
de clases. Y permitir a los monopolios
delinear la economía sin importar los intereses de sus 10 millones de habitantes.
Y el ruido es...
- Mamá, ¿tú a veces sueñas? Quiero saberlo.
- Antes soñaba que era aspirada hacia un gran hoyo. Desapareciendo dentro de él.
Ahora sueño que me desintegro en mil pedazos. Y cuando despertaba, despertaba de golpe. Cuando despierto creo que me faltan pedazos.
-Ayer tuve un sueño, mamá.
-¿Qué soñaste?
- Soñé que caminaba por la orilla de un precipicio. Sólo podía pasar una persona. Y aparecen dos gemelos enfrente de mi. No sé como lo vamos a hacer para pasar. De repente, un gemelo se dirige hacia el otro y se forma una sola persona. En ese momento me doy cuenta de que son el sur y el norte de Vietnam los que se unieron. Mamá, ¿qué es una lengua?
- Una lengua es la casa donde el hombre habita.
"Nuevas lecciones sobre las sociedades industriales".
El hecho repentino de gozar de comodidades nos hace consumir más agua caliente y gas sin pensar en el recibo. Siempre es lo mismo. O se paga el alquiler o se tiene televisión.
O televisión o coche. O lavadora o vacaciones. En otras palabras, no hay vida normal.
Siempre la misma historia. Ella trabaja como costurera en una empresa.
Se queda embarazada de un hombre que la deja. Al año siguiente otro hombre hace lo mismo.
En Maternidad le dan un sermón. Pero ahí mismo aprende como nutrir a los niños. Durante el día trabaja, pero por la noche se prostituye. Un día un hombre se enamora de ella y se casan.
Se instalan con los niños en un apartamente moderno y caro. Dos años despues, otro bebé, y no les alcanza. Y el mismo marido le pide que se prostituya.
Me levanto a las 7, tengo una cita con Jean Claude a las 8. Comeremos y seguro veremos una película. Yo sé conversar. Está bien, hablemos.
"Juntos", es una palabra que no me gusta.
"Juntos", quiere decir, miles de personas.
Una ciudad, tal vez.
Nadie sabe como será la ciudad del futuro.
Una parte de la riqueza del pasado se perderá.
Seguramente.
Y la creación de los modelos de la ciudad se harán con otros sistemas de comunicación.
Tal vez.
Radio, televisión.
Vocabulario y sintaxis frios y deliberados.
Necesitamos una nueva lengua.
Psicología de las formas
Mis sentimientos no siempre
tienen un objeto específico.
Por ejemplo el deseo.
A veces sabes lo que quieres.
A veces, no.
A veces siento que algo me falta.
Pero no sé qué.
O estoy asustada.
Aunque no haya nada que temer.
No se refiere a un objeto preciso.
Por ejemplo, cualquier cosa puede hacerme llorar.
Pero la razón no se encuentra en las marcas de mis ojos.
Quiero decir, se puede describir el efecto de lo que hago.
Pero no por eso saber el porqué lo hago.
Examino la ciudad, a sus habitantes
y los lazos que los unen.
Con la pasión de un biólogo que examina la relación del individuo con la raza y la evolución.
Solo así se puede atacar el problema de la patología social.
Con esperanzas a formar una nueva sociedad.
¿Una palabra que me defina?
Indiferente.
Zapatos nuevos.
Son zapatos americanos.
Para pisar vietnamitas.
Y sudamericanos.
Miren como Juliette mira, a las 3:37 p.m. las páginas de un objeto denominado revista. Y así es como después de 150 imágenes, otra mujer similar a ella, miró el mismo objeto.
¿Cuál es la verdad?
El frente o el perfil.
En si, ¿qué es un objeto?
Tal vez un objeto es un lazo entre sujetos que les permite vivir en sociedad, de estar juntos.
Pero como las relaciones sociales son tan ambiguas y los pensamientos dividen tanto como unen y las palabras unen por lo que expresan y separan por lo que omiten, hay un gran abismo que separa mi certeza subjetiva de la realidad objetiva de otros.
Sé que soy culpable aunque me siento inocente.
Cada suceso transforma mi vida cotidiana.
Porque fallo en comunicar, en entender. En amar o ser amado.
Porque cada fracaso me confina a la soledad.
Porque no puedo apartarme de la objetividad que me aplasta.
Ni de la subjetividad que me exilia.
Puesto que no puedo ni elevarme al ser ni hundirme en la negación, debo escuchar, debo observar mi alrededor más que nunca.
A la gente, a mis semejantes, mis hermanos.
El mundo, ahora que las revoluciones son imposibles.
Donde guerras mortales amenazan y los derechos del capitalismo están en duda.
Donde los obreros retroceden.
Donde la luz del progreso científico hace del futuro una presencia obsesiva.
El futuro está más presente que el presente.
Y las lejanas galaxias están a la puerta.
Mis semejantes, mis hermanos.
¿Dónde está el principio?
¿El principio de qué?
Dios creó el cielo y la tierra.
Qué fácil.
¿Qué más puedo decir?
Decir que los límites del lenguaje son los del mundo.
Que los límites de mi lenguaje son los de mi mundo.
Que hablando limito al mundo, lo termino.
Y cuando la muerte misteriosa rompe esos límites
y no haya preguntas ni respuestas, todo será confusión.
Pero si la realidad aparece, no será a través de la aparición de la conciencia.
Después todo se ajusta.
No sé donde.
Ni cuándo.
Solo recuerdo que sucedió.
Es un sentimiento que he estado buscando todo el dia.
Había un olor a árboles.
Yo era el mundo.
Y el mundo era yo.
Un paisaje es como una cara.
"Introducción a la Etnología".
Es una relación sexual.
No veo porque habría de avergonzarme.
A veces estar contenta o indiferente es lo que me avergüenza.
Él va a poner su sexo entre mis piernas.
La culpa de los otros.
Eso también es triste.
Y malo.
Como subestimarse.
Y todo lo que conlleva.
El arte es: "...cuando la forma se convierte en estilo"
El estilo es el hombre, entonces... Arte es cuando la forma se humaniza.
Pared, objetos.
Ahora.
Nunca.
Miro afuera, provisionalmente.
Silencio.
Felicidad.
Es cierto que la gente nunca llega a conocerse.
Está rota.
Las palabras nunca dicen lo que quiero decir.
Espero.
Observo.
Me llamo Paulette Cadjaris. Fracasé como secretaria mecanógrafa. No creo en el futuro. Ando vagando. No sé estar encerrada. A veces leo un poco. Me gusta estudiar el carácter de la gente. Me gusta caminar y escalar. Y monto en bicicleta. Como pasatiempo. ¿Cine?, dos o tres veces al mes. Pero no en verano. Al teatro nunca he ido. Pero me gustaría ir. Prefiero leer. Biografías. Estudiar la vida de la gente. Sus personalidades. Su trabajo. Libros de viajes. De Historia Antigua.
De Arte.
Cada vez hay más interferencia entre la imagen y el lenguaje.
Podríamos decir que la vida en sociedad, actualmente es como vivir una caricatura.
El lenguaje en si mismo, no alcanza a describir una imagen con precisión.
Sentido y sin sentido.
¿Por qué tantos signos que me hacen dudar del lenguaje
y me inundan de significados, ahogando lo real en vez de
separarlo de lo imaginario?
La imagen todo lo permite,
lo mejor y lo peor.
Ante mi, el sentido común
ha restablecido la interrumpida marcha de mis pensamientos.
¿Por qué cuidamos más a los objetos que a la gente?
Porque existen más que la gente.
Los objetos inertes siempre viven.
Las personas vivas, a menudo,
están muertas.
Lo único que hago es buscar razones para vivir feliz.
Si analizo más profundo encuentro que hay una
simple razón para vivir.
Primero está la memoria,
después el presente.
Y la capacidad de detenerse a disfrutar.
Disfrutar al atrapar al paso una razón para vivir.
Capturarla unos segundos antes de descubrirla unida a la serie de circunstancias únicas que la rodean.
La humanización de las cosas más simples la posesión del espíritu humano; un mundo nuevo donde el hombre y las cosas vivirán en armonía.
Ese es mi objetivo, y es tanto político como poético.
Explica la rabia de expresar.
¿Qué imagen?
La mía, la tuya la de pintores
y escritores.
En esta imagen se
reúnen tres culturas.
La cultura del entretenimiento.
La cultura del llavero.
Y la cultura del culo.
Y si no puedes comprarte LSD, cómprate un televisor a color.
He pensado en cosas que no sé como llegaron a mi mente.
El pensamiento se articula con la realidad.
O la pone en duda.
No, ningún elemento tiene vida propia.
Siempre está ligado a lo que le rodea.
Tal vez porque el observador de ese espectáculo soy yo.
Cada habitante tiene relación con una parte específica
de la ciudad.
Con imágenes que causan
memorias significativas.
La claridad de esta imagen es física.
Asfixiante.
Es extraño que una persona que se encuentra en Europa el lunes 17 de 1966 piense en otra que está en Asia.
Pensar, poder decir, no son actividades como escribir, correr o comer.
Es interior.
Si alguien me pidiera seguir cantando esta canción.
Sí podría, yo podría continuar.
¿Qué clase de proceso representa el saber que uno puede continuar algo?
No lo sé.
Puedo pensar en alguien que no está aquí.
Imaginarlo.
O evocarlo bruscamente con una observación.
Aun si está muerto.
Por ejemplo, declaro que tengo calor.
O que estoy impaciente.
Ahora entiendo el proceso del pensamiento.
Un esfuerzo de la imaginación.
El examen de un objeto real.
Decir algo.
Querer decir algo.
Tal vez es una formulación de la vida muscular y nerviosa.
Y ahora trato de pensar. Sin palabras.
Ni en voz alta, ni en voz baja.
¿Espera a alguien?
Sí, a mi mujer. ¿Y usted?
Espero a alguien, pero no sé si va a venir.
¿Le escribe a ella?
No, es para mi.
¿Tiene fuego? Gracias.
La rosa me intimida, nunca ríe.
Con la punta de sus cabellos mojados la guardiana de la
puerta, humedece sus labios y los dedos.
Aun ignoro cuales serán los medios usados
para evitar las ocurrencias
de los alienados.
Dime lo que dijiste de la lluvia.
Antes me gustaba la lluvia.
No dijiste eso.
Dije que la lluvia me deprimía.
Dime algo que te parezca interesante.
En el cine la gente no habla con naturalidad.
¿En verdad quiere hablarme?
Solo porque eres una desconocida.
Me gusta hablar con desconocidos.
¿Sabes lo que es hablar?
Hablar es decir palabras.
Y, ¿qué es decir palabras?
Decir palabras,
es hablar.
Decir cosas tontas
o brillantes.
Por ejemplo, ¿cómo podríamos hablar los dos?
Pero hablar en serio, comprometiéndonos totalmente.
¿La poesía es formativa
o simplemente decorativa?
Todo lo que decora la vida es formativo.
Hace un momento habló de embriaguez.
¿De cerveza o de vodka?
Ni una ni otra.
Solo embriaguez.
Yo no he probado ninguna.
¿Qué es la embriaguez por la vida?
Yo creo que usted sabe lo que es.
A menudo me deprimo y lloro.
Es penoso.
¿Podemos hablar de mi?
Pues claro.
Aunque sería mejor por escrito.
Bueno, escribir no sería más fácil que así.
¿Podría no mirarme?, me da pena lo que digo.
Pero usted es el único que podría aconsejarme.
¿Por qué yo?
No sé.
¿Por qué yo?
No lo sé.
¿Qué hace que las cosas lleven cierto nombre?
El que le damos.
¿Y quién se lo da?
Conoce bien el mundo, pero, ¿se conoce a usted mismo?
No muy bien. No.
Sin embargo, el pensamiento no es sólo el estudio de lo no pensado.
¿Algo más Sr. Pecuchet?
¿Qué? Una pizza.
El pensamiento es en esencia...
No hay queso.
El pensamiento como tal está ligado a la aparición
del ser y a su existencia tal y como él la conoce.
El ser está destinado a pensar.
El ser existe en tanto destino del pensamiento.
SOCIOLOGÍA DE LA NOVELA.
No hacen falta hechos fortuitos para fotografiar y matar gente. Reencontrar el abc de la existencia. La sensación de unirme a todo el mundo. De golpe sentí que yo era el mundo. Y que el mundo era yo. Creo que la expresión de mi cara debe representar algo. Algo que tal vez esté
desvinculado del resto.
Mostrar mis ojos. Sé que son mis ojos porque con ellos veo. No son mis rodillas porque
la gente me lo dice. Tranquilízate ya. Y si no me lo hubieran dicho.
¿Y vivir?
¿Cómo hago para imaginar algo que no sé dónde está? Ni siquiera sé si aún existe. Quizá confundo la realidad y el pensamiento. Me gustaría decirlo. Como no siempre existen
objetos reales que puedan garantizar la realidad del pensamiento no es real lo que pensamos.
Definirse en una palabra:
Aún-no-muerta.
¿Sabes la diferencia entre el amor falso y el verdadero?
No, ¿cuál es?
El falso es cuando sigo igual.
El real es que cambio cuando la persona amada ha cambiado.
¿Te parece que he cambiado?
No, solo estoy cansado.
No, tú no. Yo.
Cambié pero me quedo igual.
¿Por qué?
No sé.
Si no sabes, entonces
dame un cigarro.
Oigo los anuncios en la radio. Gracias al aceite Esso voy tranquilo por el camino de ensueño
y me olvido del resto. Olvido Hiroshima, olvido Auschwitz. Olvido Budapest, olvido Vietnam,
olvido la crisis de la vivienda. Olvido el hambre en la India. Olvidé todo, solo me quedo a cero.
Y de ahí tengo que empezar.
Jean-Luc Godard
2 comentarios:
oh mY GOD
me has alegrado el día con esto
de dónde lo has sacado?
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