No hay duda de que las cosas llegan cuando más se necesitan, no hay duda de que los milagros cotidianos existen y de que al principio son chiquitos, pero a medida que los vamos viendo y nos vamos dando cuenta de que están ahí, se hacen más visibles y más importantes. Y me pone tan feliz darme cuenta de estas cosas, vivirlas, saberlas con la experiencia. Es esa especie de tranquilidad de saberme parte de un universo en el que (en el fondo) todo está bien. Saber que somos nosotros, los bípedos, los que cagamos el plan. Y los hacemos con ganas, por ignorancia y estupidez y hambre de plata, papeles a los que alguien inventó para secuestrar mentes y cagarle la vida al resto.
Me cuesta el mundo material. Si. Ya fue, me voy a trabajar para poder pagar el alquiler de mi techo y la ropa (usada) que me pongo. La comida que como. Y, sobretodo, la yerba del mate que tomo.
2 comentarios:
:)
Te quiero ♥
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