Arturo decidió seguir siendo ermitaño y no ir a ese casamiento.
Arturo a veces duerme con una placa en su boca porque aprieta mucho la boca de noche. Y de día también.
Arturo no quiere a sus padres. No se quiere a sí mismo y no quiere a nadie.
Arturo es triste y callado.
La última vez que Arturo rió fue cuando fue a ver a Les Luthiers en Unen canto con amor, hace 14 años.
Recuerda ese momento como un sacudón de endorfinas que lo asustó un poco.
3 comentarios:
Arturo se parece mucho a mí, pero me la banco sin placas y si algo me hace reír algún día, no será esa mierda de Les Luthiers.
Doy por sentado que habrán personas como este Arturo, aunque yo no conozco apenas a tipos así. Debe verse muy triste el mundo desde sus ojos.
Tadeo
uff... casi casi que elijo mal...
casi.. casi que doblo en la esquina equivocada...
casi .. .casi que me convierto en arturo...
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