Tener un cumpleaños me lleva a pensar, casi indefectiblemente, en el mío.
Este año cumplo 52 y quiero festejarlos con mucha marihuana.
Nunca fumé, pero mi hijo, el menor, fuma todo el tiempo y se pone más bueno. No me grita que me deje de joder ni deja la tabla del baño levantada. Lo que si, toma mucha agua y se encierra en su habitación escuchando música que yo no entiendo. No me gusta la música en inglés porque no entiendo lo que dice. Fabián se enoja cuando digo esto, me dice: vieja, no seas boluda.
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