Dispuesta a ser buena niña, la semana que viene me anotaré en la Escuela Superior de Trabajo Social.
Mis proyectos a largo plazo son trabajar con niños o adolescentes, indígenas del norte o México, temas de adopción e inmigrantes en España o Francia.
Antes de eso, por supuesto deberé iniciar un proceso de ordenamiento mental para conseguir equilibrarme en el estudio, y no dejarme influenciar por la mierda cotidiana que a veces me abruma.
Tendré que prepararme para rebalsarme de Marx, conociendo sus palabras tanto como las palabras de Julio. No deberé añorar viejos tiempos de Letras, y si lo hiciere, recordaré mis proyectos.
El plan de estudio me gusta muchísimo, pero más me gusta la visión internacional que le doy a la carrera (sin saber en realidad si hago lo correcto para mi bienestar psíquico) (pensemos que sí).
Dicho esto, me voy a renovar el mate.
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