No voy a decir que no te extraño, pero llegaste para que yo aprendiera algo y te fuiste. Punto.
Cuando terminé salita amarilla también extrañaba a mi señorita Silvia y el primer día de clases de 1º grado, cuando casualmente la vi pasar mientras formaba, le estiré los brazos. Y no me dio bola.
2 comentarios:
chuls! dime cuál es tu email para q t añada :)
Es verdad, los monstruos jamás visten su hábito.
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