12.8.09

El monopolio de las pilas recargables

Y de repente, haciendo la cola en ese lugar tan despreciable para comprarme el par de pilas que perdí por ser idiota, todo me da lástima: la señora que está adelante mío con su chal estúpido y su tintura bordó que mira insistenemente cada cosa que tiene al lado para descubrir qué más puede comprar, comprar, comprar; el hombre que busca unos auriculares para su hijo o quizás sobrino o ahijado, que tiene 18 años y está todo el día con esos cositos adentro de la casa; el chico también, que se pone los auriculares para no escuchar los reclamos de su padre profesional o de su madre incompleta. Y yo. Me dá lástima tener lástima, me da lástima que todo me de lástima porque definitivamente no es normal. Y en ese mismo instante empiezo a sublimar un poquito imaginando que escribo un texto acá que luego olvidaré. Y se me cruzan tantos pensamientos por la cabeza, todos a la vez, que lo mejor quizás sea anularse pasando un poco de música por la radio. Tantas cosas para decir y tan callada cuando debo decirlas. La mente calla porque es estúpida y pajera.

3 comentarios:

Limada dijo...

la mente no calla, la mente es inteligente y habla delante de quien corresponde.
vos no tenés una mente estúpida más allá de que hayas perdido las pilas y termines en musimundo :P

Rodrigo Cortés dijo...

sublímese un cuento. Me gustaría leer un cuento suyo. slds. r.

Carito dijo...

Ufff... justo estoy en una época donde embandero cartelito con un NO AL SILENCIO. Decir! Hay q' decir! Con la palabra hablada, escrita, gestos, metatextos! La mente trabaja de manera constante, está en nuestros orgános plasmar lo que ella reflexiona.
Ya lo dije yo en mi blog "Los puntos suspensivos caerán sobre tu cabeza por las palabras no dichas ahogadas en tu garganta"...