No.
Es mentira que te odio.
Pero hoy caminaba y te odiaba.
Cruzaba 44 y te vi.
Eras más grande. Era el futuro
Tenías más o menos 38.
Y estabas más gordo, así que si eso te importa, te sugiero que controles las grasas saturadas. Estabas con ella.
Y con una nenita en tus hombros.
Era tu hija.
Y era rubia.
Vos estabas diferente, pero yo igual te reconocí. Tenías la misma barba y todavía no te habías aburguesado, aunque siempre fuiste uno de esos camuflado.
Mientras cruzaba la calle con el semáforo en verde, me di vuelta para mirarlos. Los tres iban en silencio. Me pregunté en qué estaría pensando cada uno. Yo escuchaba música con mis auriculares recién comprados, no había silencio en mí. Pero tampoco en ustedes, aunque no hablaran.
Cruzamos en direcciones opuestas y no me viste, porque estabamos en tiempos diferentes.
Una gran metáfora de la actualidad.
Sabes que tu futuro esta caminando por ahí con una nena en los hombros. Te lo podes cruzar porque vive en el barrio que vos ahora frecuentas. El mismo departamento en donde dejan tener perros.
¿Qué harías si te encontraras con tu futuro cara a cara?
Huirías, tal vez.
Mentira.
Seguirías caminando hacia el, muy tranquilo.
Y está bien.
Ese es el destino que sí deja huellas. Este, el nuestro, no, no tiene pruebas ni deja huellas.
Vos te encargaste.
Y está bien.
Esa escena me dio ternura. La nenita me dio ternura. (Sé que estarás preocupado en que un hombrecito no le haga a tu hija las cosas que vos nos hacías a las mujeres).
Imaginé que cuando eso pase de verdad y yo tenga la edad correspondiente a tus 38, me voy a cruzar a saludarte sin rencores. Y sin desear ser la protagonista de esa imagen. Ese que eras vos , ¿seguía igual? ¿Cómo es tu vida ahora? Como era tu vida a mi edad?
Nunca amarás a nadie como a esa nena que llevabas en tus hombros.
Todos los deseos se pudrieron en un verano sumamente aburrido.
A veces la sobredosis de buena música puede matar. No te odio.
Vamos a cruzarnos en el 2011 en 3 y 44 y nos vamos a reconocer en seguida, pero nos va a parecer tan inverosímil esa casualidad que tardaremos un poquito en decirnos hola, en animarnos a darnos un beso y dejar que las imágenes vuelen en nuestras orejas.
(2003)
5 comentarios:
Dios mío! Es tan fuerte lo que has escrito! Me recuerda un poco cuando yo, enloquecida de amor, cantaba esa canción que dice "por los hijos de tus hijos y los hijos de mis hijos (o viceversa, da lo mismo)" y me rodaban las lágrimas de coraje de saber que mis hijos no serían de el, ni los suyos míos... Creo, desde que tengo hijos, que no hay prueba más contundente del amor que tener un hijo de alguien, y que no hay prueba más contundente del desamor a que ese alguien tenga un/a hijo/a con otra.
Bravo, me han emocionado tus palabras, otra vez.
Tu escrito cala el alma Chula, porque ante las historias en las que se proyecta un poquito pasan esos sentires, mi ex marido tiene una nenita en sus hombros, imágen rara si las hay.
Sos bellísima,sabelo.
MUY GROSSO!!! BESOS!!!
Era por ese 2003 entre paréntesis, que pensé que te pudo haber pasado en ese año. También creí que otra persona lo había escrito.
Pero si lo hiciste, me gustó. Inspira.
Saludos Chuls
Gracias chicos. =)
Lo escribí en el 2003 y lo resucité el otro día.
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