En un ciber a los pies de un cerro. Rodeada de changos que olvidan a la pacha y se matan entre juegos que me matan los oídos. Con una descompostura que se está llendo muy de a poco y que no me deja comer uvas sin semilla ni tabletotas de dulce de leche.
Enfundada en un jean remendado y con una musculosa que dice que afuera hacen 30 grados, pero no sé si creerle.
No me acuerdo de las metáforas del pasado ni de su verdadera significación.
Verdadera no, propia, mía. De ChuLs.
No hay verdades, hay una sola verdad? Ese es un tema sin finanl de discusión. La cuestión ahora es que Juani está en la computadora 9 y yo en la 8. Estamos enfrentados y él no sabe que estoy escribiendo su nombre acá. (Lo quiero mucho, ahí se levantó y fue a socializar con un chango de otra pc)
Luego, Alejo, con su boca igual a la de Alejandro Sanz y varios lunares en su cara y sus pestañas kilométricas y a millares, y el chiquito, el de 3 que se traga el mundo con sus expresiones y su mundo interno que hace externo a cada segundo...ellos dos se quedaron en su casa, pero también gritan. Y a la tía le duele la cabeza. Y la tía a veces extraña el silencio de La esperanza. Y todo lo que eso implicaba. Soñar siendo mago entonado.
1 comentario:
Yo también grito. (K)
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