29.12.08

Era la época en que sólo unas pocas palabras le cambiaban el humor.
Pero a ella no la veían, porque no tenía demasiado para decir.
Por eso nunca volvió al señor del sillón bordó.

3 comentarios:

Gabriel dijo...

Debo reconocer mi afinidad por las pastillas, algunas pocas, no muchas.

Ahora sobre tus métodos purgativas, dale tengo que saber algunos... creo que necesito unos cuantos.

Que tengas un espectacular año Chuls.

Nala dijo...

Me fui, volví y aquí ando... como necesité 50 pastillas.
Y ahora, solo una alucinación. Un descansillo.

Beso grande y feliz año, te abrazo con la sonrisa. Te quiero Chule.

Mariana

Y. dijo...

:**