31.3.05

Empedernida como el Viento

Hasta dónde siente uno el gusto de la comida? Me pregunto eso porque tuve que tragar más agua para tragar esa pastilla verde recién, y la tení­a por la mitad de la garganta ya....tiene un gusto asqueroso.
Hoy me desperté con el sonido del despertador (si, ese que suena cada nueve minutos y que se parece a mi vieja con sus pedidos de orden en la casa), como siempre que empiezo las clases, las cursadas, mejor dicho, y además con unos dolores horribles de estómago...una purga real y literal...volví­ a acostarme. Volví­ a levantarme para ir otra vez al baño, esta vez corriendo y con El Castillo de Franz Kafka bajo el brazo....pero no soy, ni fui, ni seré, (creo) de las personas que se quedan horas en el baño leyendo....solamente lo hice una vez, pero porque viví­a en un depto de un ambiente con un especie de mujer y como yo no me podía dormir, me metí en el bañito a leer ese libro de Umberto Eco....mmmmmmmm....como se llama , carajo....no tengo ganas de pararme e ir hasta mi biblioteca para leer su nombre, quiero recordarlo...ese de la época medieval (en este momento ya todos estarán gritando dicho nombre y no podrán creen como yo no me lo acuerdo-LAPSUS MEMORIAE-) Tiene la palabra rosa el tí­tulo?......Bueno, no importa por ahora.....la cuestión es que volví­ al baño, pero eran sólo dolores....me lavé la cara, me acosté nuevamente con la luz prendida a leer El Castillo y pensé en cuántas veces tiene que corregir uno sus escritos para ser considerado escritor....nono, demasiadas cadenas de pensamientos que pasan por diversos ejemplos y terminan a nivel institucional, como todo (menos el amor)(a no ser que se tenga un hijo y quiera uno casarse por la obra social y demás cosas de las que alguien me habló alguna vez caminando por la playa. Qué lindo poder volver a escribir...qué frí­o está el mate...qué lindo salir de la nulidad en la que me metí­ durante un par de dí­as...qué lindo pensar en evitar pensar en el pasado....Me sale La rosa púrpura del Cairo, pero esa es una película de Woody Allen....en fin, ese libro que me compré en Madrid, nunca lo terminé, me aburrió, tal vez ahora que estudio latí­n, me guste más. Al final de curiosa que soy voy a ir a buscar el tí­tulo....o de empedernida voy a quedarme acá hasta recordarlo. Empedernida como el viento.
Leí­ partes del primer capí­tulo de El Castillo y me vine a tomar mate acá, porque estando acostada se me cerraban los ojos...llenito el mate, con cafe y apeniiiiiiiiiiiiiiitas azúcar para despertar a las neuronas, se me cae, y se me rompe! se me rompe mi calabacita de uso personal!!!!!!! comprada por mí­ aquel dí­a viernes de enero, de vacaciones, ciudad sin gente y anochecer con música en mis oí­dos y dos pesos en la mochila...pasé por la casa de Misiones, en 9 y habí­a una pareja de españoles, me regocijé con el acento y salí­ aún más regocijada con mi calabacita nueva....y hoy fallecióoooo...yo la suicidé---pobre....siiiiiiiiiiii!!! El nombre de la rosa, siiiiiiiiiiiiii!

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