3.1.05

Le pido responsabilidad. Él va a leer ese cuento, ese libro que se hace casa. Yo no digo mucho, yo escribo más de lo que digo...yo quiero mi bandera, planchadita... yo quiero la mamadera, etc. Hay épocas de parate, pero nosotros nunca paramos, en realidad...eso creo...es saber que se puede correr sin ir a ningún lado...yo también creo a veces que deberí­a tal cosa, que X es una excusa para no hacer Y, pero ayer leí­ algo con lo que me sentí­ identificadí­sima, y como últimamente mi cerebro está en reposo, prefiero copiarlo:
Fragmento de El Libro de Manuel, de Julio Cortázar:
-En sí­ no es difí­cil, Ludlud, estaba pensando que el problema de elegir, que es cada vez más el problema de este roñoso y maravilloso siglo con o sin el maestro Sartre para ponerlo en música mental, reside en que no sabemos si nuestra elección se hace con manos limpias. Ya sé, elegir es mucho aunque uno se equivoque, hay un riesgo, un factor aleatorio o genético, pero en definitiva la elección en sí­ tiene un valor, define y corrobora. El problema es que a lo mejor, y estoy pensando en mí­, cuando yo elijo lo que creo una conducta liberatoria, un agrandamiento de mi circunstancia, a lo mejor estoy obedeciendo a pulsiones, a coacciones, a tabúes o a prejuicios que emanan precisamente del lado que quiero abandonar.
(...)
-¿No estaremos, muchos de nosotros, queriendo romper con los moldes burgueses a base de nostalgias igualmente burguesas? Cuando ves cómo una revolución no tarda en poner en marcha una máquina de represiones psicológicas o eróticas o estéticas que coincide casi simétricamente con la máquina supuestamente destruida en el plano polí­tico y práctico, te quedás pensando si no habrá que mirar de más cerca la mayorí­a de nuestras elecciones.
(...)
Me pregunto si las cosas que quisiera cambiar en mí­ no las estoy queriendo cambiar sin que en el fondo nada cambie gran cosa, si cuando creo elegir algo nuevo mi elección no está regida secretamente por todo lo que quisiera dejar atrás.
(...)
...todo estarí­a en saber si realmente busco, si salgo a buscar de veras o si no hago más que preferir mi herencia cultural, mi occidente burgués, mi pequeño individuo despreciable y maravilloso.

1 comentario:

anattolia dijo...

Creo que ahí está el problema (o parte del problema, o uno de los problemas): no salgo a buscar. Ni salgo, ni busco...

Agh.